2014/03/08

Morales (2013)

Morales, R. (2013, Octubre 14). No podemos despreciar cultivo de transgénicos: Secretaria de economía. El Economista. Recuperada el 16 de febrero de 2014 en http://eleconomista.com.mx/industrias/2013/10/14/no-podemosdespreciar-cultivo-transgenicos-secretaria-economia

La noticia aquí presentada expone al público en general la toma de decisiones del Gobierno de México sobre los cultivos transgénicos, situación sumamente importante que compromete, por una parte, a la sociedad y por otra, a la diversidad genética de nuestro país. En este caso, el Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, afirmó que México está obligado a cultivar productos agrícolas transgénicos, entre ellos el maíz, a pesar de ser centro de origen, aduciendo que ello permitiría combatir la pobreza. Tan claro está el panorama que dicha personalidad no asume o bien, desconoce todas las consecuencias que acarrea la liberación de estos cultivos en los sectores social, ambiental y económico. No obstante, poco antes de esta declaración, el Juzgado Federal XII en Materia civil del Distrito Federal emitió una medida precautoria en la que ordena al gobierno federal no otorgar permisos a transnacionales para la siembra de maíz transgénico experimental, piloto y comercial, lo cual significa que existe alguna esperanza, o por lo menos así parece, en materia legal.

Entre los argumentos que se señalan, pronunciados a manera de lamento por el mencionado Secretario de Economía en la inauguración del Congreso Internacional Bio UANL 2013, celebrado en Monterrey, Nuevo León, se encuentra: “Hoy en México, importamos alimentos generados en la agroindustria con maíz genéticamente transformado, pero les prohibimos a nuestros productores agrícolas utilizar maíz biológicamente transformado”, agregando que “de alguna manera estamos sujetando a los campesinos de México a una pobreza histórica y de baja productividad”. Sin embargo, organizaciones ambientales como Greenpeace aseveran que la decisión tomada por el Juez representa un paso fundamental para la protección definitiva de la biodiversidad y un reconocimiento pleno de los derechos humanos de los mexicanos a un ambiente sano, a una alimentación de calidad y al maíz como patrimonio cultural, aunque evidentemente es necesario la aplicación adecuada de las normativas con competencia en la materia generada hasta el momento.

De esta manera, esta noticia sirvió como otro ejemplo de la llamada compasión destructiva, donde funcionarios del gobierno federal colaboran con un puñado de empresas extranjeras, tales como Monsanto, Pioneer, Syngenta y Dow Agro Sciences, quienes se encargan de comercializan las semillas genéticamente modificadas. Es por este medio y muchos otros más, que las transnacionales se introducen al campo mexicano para generar ganancias enormes, pero sabidos de la medida precautoria emitida, fue una razón por la cual el secretario se lamentó, dado que las ganancias solo son para grupos privilegiados que nos manipulan y algunas personas corruptas, como es este caso, que con tal de recibir su pequeña parte no le importa vender a su país y su soberanía. Morales (2013) es una fuente reciente que nos permitió conocer decisiones, opiniones y acciones de diferentes sectores: gobierno, científicos, agricultores, organizaciones ambientales y de derechos humanos, entre ellas la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS), y desde luego, es un contra-argumento del trabajo de investigación.

La noticia se publicó en “El Economista”, periódico mexicano divulgado en la Cd. de México, especializado en información financiera y política.

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