2014/03/02

Mayrand, K., Paquin, M. (2004).



Mayrand, K., Paquin, M. (2004). Pago por servicios ambientales: Estudio y evaluación de esquemas vigentes. Montreal, Unisféra International Centre. 

Las herramientas económicas y de mercado han sido utilizadas por varias décadas en la prevención de la contaminación y la conservación de los ecosistemas. La mayor parte de ellos tratan de prevenir externalidades ambientales negativas (por ejemplo la contaminación o la destrucción de hábitat) por medio de impuestos o derechos ecológicos u otras herramientas sustentadas en el principio de que “el que contamina, paga”, tal y como lo es la captura de carbono, en el que los países que más contaminan pues son los primeros en oponerse a firmar los acuerdos para el control de emisiones, sin embargo tratan de compensar a otros países pagándoles a través de programas de captura de carbono como quien dice yo tiro la basura y te pago porque la limpies, es el mismo principio. Los mercados para los servicios ambientales varían en alcance geográfico, solidez y estructura de la demanda, competitividad, naturaleza y precio de los productos vendidos así como el número de transacciones. Recientemente los nuevos enfoques se han centrado en la generación de externalidades ambientales positivas por medio de los incentivos económicos pertinentes, la mayor parte de las veces por medio de subsidios u otro tipo de programas ambientales. Actualmente el Pago por Servicios Ambientales (PSA) es uno de estos nuevos enfoques orientados al apoyo de las externalidades ambientales positivas por medio de la transferencia de recursos financieros de los beneficiaros de ciertos servicios ambientales hacia quienes proporcionan dichos servicios o son beneficiarios de los recursos ambientales. 

En los últimos años el esquema de PSA ha ganado en popularidad para cuencas hídricas, diversidad biológica, secuestro de carbono y belleza de paisaje. Pero en realidades todos estos son nuevos, ya que pocos de ellos tienen más de cinco años, y muchos continúan siendo experimentales. El principio básico que respalda el PSA es que los usuarios de recursos y las comunidades que están en condiciones de proporcionar servicios ambientales deben recibir una compensación por los costos en que incurren y que quienes se benefician con dichos servicios deben pagarlos, internalizando con ello estos beneficios. Aun no existe una definición de los esquemas de PSA, sino una serie de clasificaciones con base en el tipo de servicios ambientales, el alcance geográfico, la estructura de los mercados o los tipos de pago involucrados, esto de sebe a la gran diversidad de modelos existentes. Lo cual ha llevado a una cierta confusión y falta de claridad en los textos respecto de que esquemas deben ser considerados como de remuneraciones por servicios ambientales.

Los esquemas de PSA están centrados en los servicios para los que hay una demanda de mercado ya formada o dicha demanda puede surgir en las condiciones adecuadas. Para que un programa de PSA funcione se debe incluir evidencia científica clara y por consenso que vincula los usos del suelo con la oferta de los servicios ambientales y que estos últimos estén bien definidos, así como que los costos de transacción no excedan los beneficios potenciales, también establecer que los contratos y pagos son flexibles, continuos y abiertos entre muchas otras características importantes. En general los esquemas de PSA tienen el potencial de convertirse en valiosos mecanismos para una internalización de externalidades ambientales y para generar ingresos nuevos para el desarrollo sustentable a medida se hagan más sostenibles en términos financieros. 

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