Graeber, D. (2001) Toward An
Anthropological Theory of Value Z. Palgrave.
Definir “valor” ha sido un
trabajo abordado a lo largo de los años y por varias disciplinas. El “valor”
como tal es considerado desde tres perspectivas; económico, sociológico y
lingüístico. No obstante, a pesar de la relación que tienen entre sí los
significados, la procedencia y la alusión a la concepción de la palabra se ha
quedado corta en la historia, aún cuando el formalismo, el estructuralismo y el
análisis económico y antropológico, además de los distintos modelos de
producción, hayan tratado de llenar los huecos encontrados. Las teorías
económicas que se han considerado como sustanciales en el concepto de valor y
que de alguna manera forman parte del uso moderno y cotidiano provienen de:
Bordieu, Appadurai, Weinar, Strathern, Saussure sin olvidar a Marx, Engels,
David Ricardo, y Adam Smith, que a pesar de ellos los huecos en la teoría
siguen apareciendo. Aunque hay constantes avances en la descripción de la
sociedad y su ambiente de intercambio o comercial, siempre aparecen nuevos elementos como las
sociedades con Estado y las sociedad sin Estado, que retrasan o no permiten la
generalización del concepto de valor y sus usos. El concepto de “valor” ha
pasado desde la descripción de elementos de poder, clases explotadoras, clases
oprimidas y explotadas, cosificación de las cosas, el consumismo, reducción de
las relaciones sociales, derechos de propiedad, el lenguaje y la cultura.
Finalmente el término “valor” se redujo a lo que la sociedad actualmente es,
derivado de un análisis totalitario del quehacer común, como lo son las
transacciones económicas y las relaciones sociales nulas, en donde la sociedad
moderna está delimitada por la libertad de decidir qué artículos comprar. Se
convirtió en un concepto que se ha adaptado a la vida actual, a una visión
individualista de la perdida de las relaciones sociales, basado en un
consumismo a través del dinero.
El dinero se ha convertido en
objeto que proporciona poder, pero lo tiene por la atribución que se la ha
proporcionado. El dinero no es más que el deseo de las personas de convertirse
en lo que no son, y es través del dinero lo que proporciona hasta el momento
esa supuesta capacidad de convertirse en lo anhelado. Uno de los factores que
puede bloquear o ayudar es la cultura, que en algún momento se vuelve uno de
los elementos esenciales para la creación de conceptos y que determina como se
mueve la sociedad. Sin embargo, las culturas pueden ser violentadas y afectadas
con la entrada de los modelos económicos prevalecientes.
Las economías de mercado han
desplazado a las relaciones de intercambio. Los regalos y contra-regalos se
volvieron parte de la economía mencionada anteriormente, en la búsqueda de la
autonomía y la superioridad. Las relaciones son ahora transacciones, en donde
las bases jurídicas respaldan esas las relaciones, y se es consistente en
sociedad mientras se atienda a la legalidad. Las leyes al parecer se han
convertido en el mediador entre la libertad y las obligaciones.
El contenido de este libro ha
sido el más complicado hasta el momento de comprender y encapsular en unos
párrafos, no por su terminología técnica, sino por la amplia gama de
conocimientos que encierra. No sólo servirá para uso del trabajo de la materia
de economía, sino me sirve para entender en cierta medida la indiferencia de la
sociedad por el bien común, cómo la economía de mercado ha impactado en la
actuación diaria de las personas. Al final me quedo con lo siguiente: el “valor”
también implica asignarle un significado a la vida, no necesariamente uno que
provenga del intercambio, del comercio, sino del enfoque de lo que uno
considera acerca de, en qué gastar el tiempo, el esfuerzo, la capacidad de
creación. La creatividad como agente conciliador entre la actuación de hombre,
la generación de una cultura y la asignación de valor a los objetos, es el
agente que no se ha logrado establecer como verdadero elemento de valor, porque
al materializarlo o cosificarlo pierde la esencia de valor por sí mismo en sociedad.
Cuestionar el contenido de libro
me sería muy fácil, no obstante, creo que primero tendría que conocer todas las
teorías, enfoques y datos recabados por el autor, y algo adicional a él. Pero
de alguna manera da una perspectiva diferente a lo aprendido por mí a lo largo
de varios años. Puedo decir que da pie a cuestionar todo lo que me rodea, sobre
todo las instituciones que validan y establecen lo que no debe ser
cuestionado.
(742 palabras)
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