2014/05/01

Arelovich, A. (2012)

Arelovich, L. (2012). ¿Tecnologías pobres o tecnologías apropiadas? Avances y límites teóricos, prácticos y legislativos sobre las mismas. Resúmenes del Primer Congreso Latinoamericano de Ecología: desafíos y escenarios de desarrollo para las ciudades Latinoamericanas. ISBN: 978-987-28177-2-5.




"Tecnologías apropiadas", el sólo imaginar la palabra, sin conocer el concepto, nos puede dar quizá un significado erróneo de lo que realmente significan.

Como bien el título lo dice: Las tecnologías apropiadas pueden confundirse con tecnologías pobres, de pobres o para pobres... Sin embargo, esto no es así; las tecnologías apropiadas deben de tener un respaldo metodológico y científico para que su aplicación sea exitosa.


¿Pero, son realmente factibles estas tecnologías?

La idea es sin duda que así lo sean, no solamente por su sencillez, si no que cualquier persona con la adecuada capacitación pueda fabricarlas.

Este texto, se enfoca principalmente en tecnologías para la construcción, tratamientos de residuos, energías no convencionales y renovables, y producción alimentaria.

Muchas de estas tecnologías cuentan con respaldo metodológico y científico para su ejecución, y para convencer a la población y a las instituciones encargadas de implementar tecnologías, de que las tecnologías intermedias son las apropiadas, se deben mostrar indicadores de sustentabilidad biofísica (huella hídrica, huella ecológica, huella de carbono, análisis energético, etc.) 


Es decir, que el conocimiento de estas tecnologías y la modificación de los indicadores económicos sean la referencia de los decisores políticos, para que las tecnologías verdaderamente apropiadas sean promovidas como políticas públicas y no excluidas. El resto quedará en manos de los procesos más caóticos y complejos que hacen al cambio cultural de los pueblos, lo cual siempre está asociado a cambios lentos que comienzan a socavar la caída de los preconceptos, las tradiciones y las ideologías. En estos procesos los centros de educación formal (escuelas y universidades) y los medios de comunicación sin lugar a dudas deberían cumplir un rol fundamental. 

Este documento, como se mencionó al inicio, recalca algo sumamente importante, la economía social y las tecnologías apropiadas tienen como principal impedimento, los preconceptos y el desconocimiento que existe sobre las mismas, ya que son para la mayoría “tecnologías pobres”, y no son prioridad productiva para el desarrollo nacional, y el problema que subyace detrás de esta noción es el de las macro-estadísticas, puesto que, aunque, la autoproducción de bienes y servicios para satisfacción de necesidades no se contabilice en el PBI nacional, no quiere decir que el desarrollo nacional no este mejorando. 

Es decir lo micro no beneficia mucho a sus usuarios individuales, pero si a lo macro, por lo cual debe estar orientado y promocionado como políticas de Estado, a través de, por ejemplo, subsidios que produzcan incentivos y desincentivos en el desarrollo de las tecnologías verdaderamente apropiadas. 

Por lo tanto, para evaluar su factibilidad, también se sugiere algo que comúnmente no se realiza, que es tomar en cuenta también los parámetros e indicadores econométricos tradicionales no contemplan en su totalidad los costos ecológicos en términos energéticos, ambientales, bio-físicos y humanos.


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