Carroll, L. (2012). Alicia en el país de las
maravillas/Al otro lado del espejo. Ed. Porrúa. México. 234 p.
Las obras de Carroll, “Alicia en el país de las maravillas” y “Al otro
lado del espejo”, muestran un sinfín de aventuras y pasajes que vive una
niña tan intrépida llamada Alicia, quien concibe el mundo circundante desde una
perspectiva irracional, absurda y sinsentido, fuera del contexto recurrente que
todos conocemos. Su imaginación es sumamente locuaz, pero muy divertida, en ella
salen a flote animales y cualquier tipo de criaturas extrañas, grifos, sólo por
mencionar, que piensan y actúan conforme a su conveniencia. De esta manera, en
cada uno de los escenarios se presentan y figuran personajes estelares que a lo
largo de la historia juegan un papel fundamental en relación a lo que vive Alicia
en ese momento. Ella enfrenta varias dificultades y situaciones adversas donde su
decisión fue la pieza clave para seguir adelante en sus travesías, claro, tomando
en cuenta que el objetivo era entrar al jardín (primer libro) y convertirse en
reina (segundo libro). En esta última, se simula un juego de ajedrez en el cual
la pieza “peón”, con el valor o rango más bajo, tiene la oportunidad de coronarse y
llegar a ser “reina”, una de las piezas de mayor importancia.
Como se puede apreciar, en ambos cuentos
existen personajes de alto mando, que si lo extrapolamos a este mundo y
particularmente, al campo de los transgénicos (trabajo de investigación), nos
encontramos con una serie de figuras que gobiernan y someten sutilmente a los campesinos
de autosubsistencia y demás sociedad en su inmensa mayoría, ellas son las
empresas transnacionales tales como Monsanto, Syngenta, Dupont, entre otras, y
detrás de un “titipuchal” de manipuladores de cerebros. Esta circunstancia
otorga a dichas redes un gran poder de mercado que utilizan para el
establecimiento de las reglas del juego comercial. Tal como lo marca, el prólogo
es el intento de creación de un mundo que, estéticamente coherente, logra
reflejar el sinsentido del nuestro, ya sea, violando o escapando a todas las
leyes que rigen la existencia.
Por supuesto, cada uno de los personajes de
la historia sigue sus propios intereses, tal como sucede en el ámbito de la
producción de organismos genéticamente modificados, donde las multinacionales
con el objetivo tan mencionado de “abatir el hambre en el mundo”, velan para
obtener beneficios económicos y apoderarse del mercado, sin darle la debida
importancia a la agricultura convencional y a la biodiversidad, principalmente
a los recursos genéticos, por lo tanto, el análisis de riesgos de los posibles
efectos no es considerado por ningún motivo. Quizá la reina roja es, sin lugar
a dudas, la que toma este papel al imponer todas las reglas del juego y en un
papel más sumiso, está el rey que la obedece, es aquí donde el gobierno queda
representado, claro percibiendo parte de los frutos obtenidos. Por su parte, el
sombrerero y el caballero blanco, son en una mera analogía aquellos que tratan
de ayudar y luchar para tener un mejor bienestar, en este caso Greenpeace,
alianzas comunitarias.
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