Bertrand Arthur William Russell es considerado por muchos como
el filósofo más influyente del siglo XX y uno de los fundadores de la filosofía
analítica, por lo que podría pensarse que tuvo una vida tranquila dedicada al
pensamiento y meditación pero su vida estuvo llena de acontecimientos
importantes y un tanto escandalosos.
Bertrand quedó huérfano desde muy pequeño por lo que fue
criado por su abuela Lady Russell la cual era muy estricta y de una fuerte
moral, lo cual a su vez influenció su carácter tímido y solitario de niño pero a
la vez permitió su acercamiento con la literatura. Desde pequeño se interesó
por las matemáticas y pesar de vivir en un ambiente represivo y conservador tuvo
ideas “inmorales” sobre diversos temas como el sexo y la religión. Ya en su
vida estudiantil en Cambridge estudió matemáticas y posteriormente filosofía.
En los años siguientes, viajó a Alemania, Estados Unidos,
Rusia, China y Japón, tiempo durante el cual pudo apreciar culturas diferentes
y le sirvió de inspiración para escribir numerosos libros y artículos. Causó siempre
gran polémica por sus ideas sobre la existencia de Dios y otros temas que
estaban en contra de la moral conservadora.
Durante la Primera Guerra Mundial fue encarcelado por varios
meses debido a que publicaba artículos y panfletos sobre su postura pacifista,
pero cambió esta actitud durante la Segunda Guerra Mundial al apoyar a las
fuerzas armadas de los aliados contra el ejército nazi. También se le prohibió
dar clases en la Universidad de Nueva York debido a la “influencia negativa” de
sus opiniones sobre el sexo. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial se enfocó
en mantener la paz ante la guerra nuclear y fue nuevamente encarcelado por su
arduo activismo político.
En 1950 se le otorgó el Premio Nobel de Literatura y en 1970
murió, tres años antes de cumplir un siglo.
Si bien me parece que su vida fue interesante y
contracorriente, hay dos cosas en particular que me llamaron la atención. La primera es que
se calificaba a si mismo ateo o agnóstico ya que no encontraba un argumento
para probar que Dios no existía (en realidad no creo que sea posible probar la
no existencia de algo) y pensaba que los hombres necesitan de la religión por
miedo a la naturaleza, a los demás hombres y a lo que uno mismo puede hacer (y luego
arrepentirse) por lo que la religión les sirve como consuelo para no estar
atemorizados (entrevista a Bertrand Russell http://www.youtube.com/watch?v=axrqSE7YJFM).
La segunda, es que pensaba que era importante evitar el
autoengaño, es decir solamente ver los hechos y lo que ellos dicen, no dejarse
desviar por lo que se quiere creer o por lo que crees que te traería beneficio si
así fuera creído (entrevista a Bertrand Russell http://www.youtube.com/watch?v=eQYkqUlsIq0).
Yo creo que esto cobra relevancia en la investigación científica en la cual
creo es común que se den casos e incluso que se dé el autoengaño honesto.
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