(Imagen tomada de: http://wineandbowties.com/culture/ten-things-to-remember-from-bertrand-russell/)
Bertrand Arthur William Russell nació el 18 de mayo de 1872 y murió a la edad de 97 años (casi 98) el 2 de febrero de 1979. Nació en Inglaterra dentro de una familia ligada con la realeza británica, su abuelo Jhon Russell fue primer ministro de la reina Victoria de 1846 a 1852 y de 1865 a 1866, claramente Rusell nació dentro de los escalafones más altos de la sociedad británica. Sin embargo, pese a la opulencia en que vivía, quedo marcado a los cuatro años por la muerte de sus padres. Como consecuencia fue criado por su abuela quien decidió no educarlo en la escuela sino en casa con preceptores. Por este motivo pasó gran parte de su juventud entre viejos en la mansión ancestral Pembroke Lodge, lugar donde vivió.
Según su propio relato, fue un joven solitario y reprimido que pasaba demasiado tiempo cavilando, especialmente sobre cuestiones relacionadas al “bien” y el “mal” y que más de una vez contempló la posibilidad del suicidio. No obstante, en esta infancia marcada por la soledad Russel aprendió una lección que lo acompañaría el resto de su vida, se trataba del pasaje bíblico favorito de su abuela "No seguirás la multitud de los que obran mal”.
Pasado el tiempo llegó
a Trinity College, en Cambridge. No obstante, con su pobre preparación
académica y su intensidad intelectual, fue una especie de bicho raro en este
sitio, aun así las matemáticas cautivaron su atención convirtiéndose en su obsesión.
Con sus propias palabras las describe como “algo
impersonal que podía amar sin ser amado en reciprocidad”, ellas le ofrecían
una única vía para la certeza y perfección.
Durante el verano de
1900 el joven Russel de 28 años realizó importantes avances en lógica
matemática, como él comentó más tarde "empecé
a mí mismo que por fin ahora había hecho algo que valía la pena y era
consciente de que debía procurar no tirarme a la calle sin haberlo puesto por
escrito". Su
trabajó vio la luz en 1903 con la publicación del libro de 500 páginas titulado
“los principios de matemáticas” y más tarde en colaboración con Alfred North
Whitehead escribieron los tres volúmenes de “Principia Mathematica” (1910, 1912
y 1913). Este fue un intento definitivo de Russel de reducir todas las
matemáticas a ideas básicas de la lógica. No obstante, muy pocos lectores
adquirieron la obra lo que derivó en arruinar los bolsillos de Russel y Whitehead.
"Ganamos cada uno menos de 50 libras
en 10 años", confesó Russell.
A los 40 años Russel había
establecido un parteaguas en la filosofía matemática tanto que cualquiera de
sus contemporáneos hubiera apostado que él pasaría sus años restantes
explorando la lógica matemática, no obstante, su vida estaba a punto de
desplazarse en notables e inesperadas direcciones.
La Primera Guerra
Mundial barrió una generación de jóvenes en la carnecería bélica. De pronto, la
lógica matemática perdió su importancia para Russel quien confesó "el trabajo que he realizado es muy
pequeño e irrelevante para este mundo en el que nos encontramos viviendo".
Se convirtió en un activista antibélico que lo llevo a ser detenido en 1916 y
fue despedido de Cambridge con pérdida de su pasaporte. No obstante, esto no
silencio sus denuncias mordaces que en 1918 lo llevaron a ser detenido
nuevamente y encarcelado seis meses en la prisión de Brixton.
Russel fue un crítico
de los valores tradicionales, en especial la religión en general, consideraba
que la teología conducía a la humanidad en direcciones contradictorias e
infortunadas, él creía en la supremacía de la razón. Constantemente atacaba a
la iglesia católica en especial por la prohibición en el control de la
natalidad. El cuestionaba a los que creían que Dios había diseñado el universo:
"¿Pensáis que si se os concediera la
omnipotencia y la omnisciencia y millones de años para perfeccionar vuestro
mundo, no habríais producido algo mejor que el Ku Klux Klan o los
Fascistas?".
Lo que más le gustaba
del mundo según sus propias palabras: “Las
matemáticas y el mar, y la teología y la heráldica, las dos primeras cosas
porque son humanas, las dos últimas porque son absurdas".
En opinión de muchos,
Bertrand Russell quizá fue el filósofo más influyente del siglo XX, al menos en
los países de habla inglesa, es considerado uno de los fundadores de la
Filosofía analítica y uno de los dos lógicos más importantes del siglo XX.
Escribió sobre una amplia gama de temas, desde los fundamentos de las
matemáticas y la teoría de la relatividad al matrimonio, los derechos de las
mujeres y el pacifismo. También polemizó sobre el control de natalidad, la inmoralidad
de las armas nucleares y sobre las deficiencias en los argumentos y razones
esgrimidos a favor de la existencia de Dios.
En sus escritos hacía
gala de un magnífico estilo literario plagado de ironías, sarcasmos y metáforas
que le llevó a ganar el Premio Nobel de Literatura en 1950. Abogó en contra de
la guerra, peleó contra la religión (cualquier manifestación de ella), estuvo
preso en varias oportunidades, se casó cuatro veces (la última a los 80 años) y
tuvo múltiples experiencias sexuales de las que siempre se manifestó orgulloso.
Fue profesor en Harvard, en Cambridge y en Berkeley.
Para finalizar, una
reflexión de Bertrand Russell: ¿Nos da miedo pensar?
"Los
hombres temen al pensamiento más de lo que temen a cualquier otra cosa del mundo; más que la ruina, incluso más que la muerte.
El
pensamiento es subversivo y revolucionario, destructivo y terrible. El
pensamiento es despiadado con los privilegios, las instituciones establecidas y las
costumbres cómodas; el pensamiento es anárquico y fuera de la ley, indiferente a la
autoridad, descuidado con la sabiduría del pasado.
Pero
si el pensamiento ha de ser posesión de muchos, no el privilegio de unos cuantos, tenemos que habérnoslas con el miedo. Es el miedo el que detiene al hombre, miedo de que sus creencias entrañables no vayan a resultar ilusiones,
miedo de que las instituciones con las que vive no vayan a resultar dañinas, miedo de
que ellos mismos no vayan a resultar menos dignos de respeto de lo que habían supuesto.
¿Va
a pensar libremente el trabajador sobre la propiedad? Entonces, ¿qué será de nosotros, los ricos?, ¿Van a pensar libremente los muchachos y las muchachas
jóvenes sobre el sexo? Entonces, ¿qué será de la moralidad?; ¿Van a pensar
libremente los soldados sobre la guerra? Entonces, ¿qué será de la disciplina militar?
¡Fuera el pensamiento!
¡Volvamos
a los fantasmas del prejuicio, no vayan a estar la propiedad, la moral y la guerra en peligro!
Es
mejor que los hombres sean estúpidos, amorfos y tiránicos, antes de que sus pensamientos sean libres. Puesto que si sus pensamientos fueran libres, seguramente no pensarían como nosotros. Y este desastre debe evitarse a toda costa.
Así
arguyen los enemigos del pensamiento en las profundidades inconscientes de sus almas. Y así actúan en las iglesias, escuelas y universidades”.
Bertrand Russell:
"Principes of Social Reconstruction".
London, 1916
Fuentes
consultadas
González, E. (2012). Comentario a un texto de Russell. Disponible
en https://docs.google.com/document/d/1e_-ch07iJOEnrkUS3Jyv3IfEVcCvjAQ7dqXE7-SkxWI/edit?copiedFromTrash,
consultada el 30 de enero del 2014.
Marquez-García, M.C.
(2014). Biografía de Russel. Disponible
en http://thales.cica.es/rd/Recursos/rd97/Biografias/17-1-b-biografia.html,
consultada el 01 de febrero del 2014.
Ten Things to Remember From Bertrand Russell, disponible en http://wineandbowties.com/culture/ten-things-to-remember-from-bertrand-russell/, consulta realizada el 02 de febrero del 2014.
Ten Things to Remember From Bertrand Russell, disponible en http://wineandbowties.com/culture/ten-things-to-remember-from-bertrand-russell/, consulta realizada el 02 de febrero del 2014.
Me llamó la atención lo que se escribe sobre el pensamiento: "..es el miedo el que detiene al hombre, miedo de que sus creencias (pensamientos) entrañables no vayan a resultar ilusiones...", pero no es que ya estamos metidos hasta los huesos en una ilusión? ilusionamos una pareja, una vida plena, un lugar al que podamos llegar y relajarnos, una profesión...no vive el hombre de ilusiones? dónde esta el miedo, creo que ha veces no hay cabida para el miedo, es la cobardía de no pensar en todas las posibles vías que puedan tomar nuestras acciones a la que queremos hacer responsable de nuestras irresponsabilidades, por no atreverse a reflexionar en ello y a aceptar las dificultades que se puedan presentar, ¿tú que opinas?
ResponderBorrarHola Monse. Gracias por comentar
ResponderBorrarMi punto de vista al respecto es:
Efectivamente vivimos en un mundo lleno de ilusiones, lleno de abstracciones diseñadas para mantenernos cautivos en una ilusión incuestionable. Los libres pensadores, los transgresores, los que cuestionan los procesos ilusorios como las clases sociales, la religión, la economía y en general todo el sistema en el que vivimos, no tienen cabida aquí, por ejemplo a Jesucristo lo crucificaron, a Bertrand Russel lo encarcelaron y a Graeber lo corrieron de Yale, solo por citar algunos ejemplos.
Lo que entendí de la reflexión de Russel a la que te refieres, es la transgresión de los sistemas establecidos, al cuestionamiento de la religión, del poder y de la sociedad.
Creo que la máxima ilusión es la religión, sustentada bajo el supuesto de la existencia de Dios, cosa que para nada dudo, sino lo que realmente es sospechoso es la delegación de sus franquicias con representación en el planeta y los líderes a los que ha puesto de albaceas. Y aun así la mayoría de personas dan por hecho, como palabra de Dios, las directrices que marcan estos líderes.
Volviendo al ejemplo de Jesucristo, cuando el cuestionó la ilusión de la religión basada en el antiguo testamento (porque recordemos que antes de Cristo el sistema religioso era totalmente distinto y después de él cambiaron las reglas religiosas y hasta el estado de ánimo de Dios, otrora iracundo, machista y egoísta, después comprensivo y salvador) fue señalado y crucificado, aunque después glorificado, porque es una naturaleza humana amar, destruir y otra vez volver a amar. Ante eso y sabiendo que cuestionar significa muerte... a la mayoría nos da miedo pensar o más bien hacer público lo que pensamos, no vaya a ser que nuestro destino sea el mismo y que ni siendo mártir nos regrese la vida, en eso es donde radica el miedo.
Y así podríamos analizar cada caso del sistema de ilusiones, por otro lado, considero que hay cuestiones más de necesidad que de ilusión, por ejemplo, tener pareja no creo que sea una ilusión sino una necesidad biológica de reproducción, así como tampoco el refugio, sin embargo, con base en necesidades básicas se han creado otro puñado de necesidades creadas que alimentan el mundo de la ilusión.
Quedo a la orden
Carlos Masés García.
En lo personal, considero que tocas un tema un poco polémico...como dices son necesidades que pienso que son inherentes para el ser humano...la religión, la política y el fútbol
ResponderBorrarEstimada Olga.
ResponderBorrarRespeto mucho tu opinión aunque no la comparto el todo, sobre todo en lo último y mira que a mi me encanta el futbol.
Comparto contigo que actualmente son necesidades inherentes al ser humano, sin embargo, considero que ninguna de ellas son necesidades básicas que pongan en riesgo de manera directa la sobrevivencia, la alimentación, el refugio o la reproducción, entre otras; por el contrario, creo que son necesidades creadas que nos tienen como el hamster sobre la rueda, en una simbiosis con el sistema, este nos da religión, política y futbol y a cambio, nosotros hacemos girar los engranajes que lo hacen funcionar.
Gracias por pasar por aquí y comentar, un saludo.
Carlos Masés García.
Bueno, eso de las ilusiones ya nos quedo claro a todos, verdad?, la ilusión personal y la ilusión algo así como "universal", claro situandonos en un concepto de ilusión "aceptable". Sin embargo en lo que se refiere a al cuestionamiento, in-cuestionamiento o a transgredir" las ideas, quizá estamos analizándolo desde una perspectiva muy personal, y bueno que aportación no tiene algo personal del individuo que la genera, pero quizá lo más acertado sería tomar esas ideas (teorías), desechar las que de plano no generan un avance como sociedad, y mejorar las ideas que hemos comprobado pueden dar una tendencia así una forma de vida humana armoniosa con todo ser vivo y con nuestros semejantes, tal vez es algo utópico, pero podríamos intentarlo aceptando las consecuencias posibles...
ResponderBorrarMonserrat.
ResponderBorrarConcuerdo contigo, creo que ante la magnitud de la crisis mundial, el colapso de la ecología, la economía y la propia sociedad (cada vez con más crímenes atroces y conductas "antinaturales"), es necesario que nuestros esfuerzos sean ecaminados para la construcción de ese "mundo utópico".