La vida de Bertrand Russel
Bertrand Arthur William Russell, tercer Conde de Russell, nació en Trellech el 18 de mayo de 1872 y falleció en Penrhyndeudraeth el 02 de febrero de 1970, ambos sitios pertenecientes a Gales. Quedó huérfano a la edad de 6 años y su abuela lady Russell fue la responsable de educarlo. Pese a que sus padres habían sido liberales radicales, su abuela, aunque liberal en política, era de ideas morales muy estrictas, dando lugar a un niño tímido, retraído y solitario. Solía pasar mucho tiempo en la biblioteca de su abuelo, en donde precozmente demostró un gran amor por la Literatura y la Historia. Los jardines de la casa eran el lugar predilecto del pequeño y muchos de los momentos más felices de su infancia los pasó allí, meditando en soledad, actividad importante que todo organismo vivo que se llama así mismo “humano” debe llevar a cabo para conocerse así mismo.
Se convirtió en un filósofo, lógico, matemático, activista
político y fue conocido por su influencia en la filosofía analítica, sus
trabajos matemáticos y su activismo social, todo esto gracias a su ingreso a la
Universidad de Cambridge, ahí se sintió libre de pensar, llegando a ser un
prestigioso alumno y profesor, inclinando su intelecto al estudio de la
Filosofía. Realizó varios escritos, su obra cumbre fue Principia
Mathematica, escrito que elaboró junto con A. N. Whitehead, en la que pretendieron
reducir la matemática a la lógica.
Sin embargo, lo que le dio el enfoque y huella a su
pensamiento fueron los viajes en los cuales el filósofo observaba de primera
mano la situación en diversos países y se entrevistaba con las personalidades
relevantes del momento. Una de esas veces viajó, junto con una delegación del
Partido Laborista Británico, a Rusia y se entrevistó con Lenin, este viaje acabó
con las esperanzas que inicialmente tenía con respecto a los cambios que el
comunismo produciría. Poco después viajó a China y permaneció allí durante un
año, lo que resultó muy provechoso y donde apreció en su cultura valores tales
como la tolerancia, la imperturbabilidad, la dignidad y, en general, una
actitud que valoraba la vida, la belleza y el placer de una manera distinta a
la occidental que consideró valiosa. Todos estos viajes se tradujeron en
libros, artículos o conferencias, cosa que actualmente, pocos investigadores
llevan a cabo...sin incluirme aún.
Fue pacifista durante la Primera Guerra Mundial, lo que
acabó llevándolo a la cárcel durante seis meses por la publicación de artículos
y panfletos, y en la Segunda Guerra Mundial, pasó del pacifismo mostrado en la
primera a un apoyo claro a las fuerzas aliadas contra el ejército nazi alegando
que un mundo en donde el fascismo fuera la ideología reinante sería un mundo en
donde lo mejor de la civilización habría muerto y no valdría la pena vivir,
creo que estaba tratando de buscar un sentido universal del ¿por qué vivir?,
creía que un mundo donde reinará la paz sería en realidad, un mundo, sin
embargo, al tratar de crear un mundo y principios ideales quizá es como se
llegó a dar con el fascismo, se supone que en esta vida las dualidades no
existen, todo es aprendizaje y de lo que peores resultados se obtiene es de lo
que más se aprende y, en la mayoría de los casos, se genera un cambio. Después, tras la Segunda Guerra Mundial,
siguiendo su pasión por la piedad humana, se dedica plenamente a la tarea de
evitar la guerra nuclear y asegurar la paz mediante una adecuada organización
internacional, iniciando una etapa de activismo político que provocaría su segunda
encarcelación a los 90 años, ¿cómo pueden encerrar a una persona de esta edad?,
bueno si fuera una persona de la tercera edad que se pusiera a disparar contra
todo lo que se mueva o algo así, si debería ser tratado de no sé qué forma, pero
al parecer la causa de Bertrand era
pacifista y no le hacía daño físico a nadie.
En 1940 se le impidió impartir la asignatura de
Matemáticas que tenía asignada en la universidad de Nueva York, lo que dio
lugar a una polémica extremadamente áspera que provocó apasionadas protestas en
algunos ambientes: se le reprochaba la exposición en forma singularmente cruda
de sus opiniones acerca de la vida sexual, lo que supuestamente tendría una
nefasta influencia en sus alumnos», y, también, tenía la idea de que los niños
no debían ser forzados a seguir un currículo académico estricto. Con respecto a
esto, una vez leí que a los niños se les debe enseñar el amor propio, el respeto
hacia sí mismos y la aceptación de su cuerpo y de sus sensaciones. Nuestra sociedad,
como todo, cambia y aunque anteriormente tenía reglas y conceptos acerca del
comportamiento humano muy tajantes, poco a poco se fueron yendo al bote de
basura, y tanta represión y autoritarismo dio como resultado lo que somos
actualmente, me gusta pensar que estamos como en la etapa de la pubertad y que
todavía nos falta la adolescencia… creo que la pregunta es ¿todavía quedaran
especímenes de Homo sapiens para
cuando lleguemos a la edad adulta, o vejes como sociedad? Y ¿realmente importa
la edad o son los paradigmas, dogmas y principios que rigen a las sociedades?
¿Llegarán algún día a ser una sola sociedad en la cual esos conceptos ya no sean
criticados, y en donde se rijan realmente por amor y paz? Posiblemente, pero
quien sabe cuándo.
Bertrand Russel recibió el Premio Nobel de Literatura, en 1950,
«en reconocimiento de sus variados y
significativos escritos en los que defiende ideales humanitarios y la libertad
de pensamiento, cuando leo esto de “libertad” se me viene a la mente casi
instantáneamente la palabra “libertinaje”,
pero creo que este concepto como lo marca o lo quiere hacer marcar la
moral social actual, no existe, lo que deja de existir aunque se tenga mucha
libertad es el amor propio, eso es muy triste, porque por eso nosotros los
mortales nos hacemos daño.
Ama a tu prójimo como te amas a ti mismo,
Mateo 22,37-40.
Bibliografía consultada
Carvajal-Villaplana,
A. (2000). Evolución del pensamiento político de Bertrand Russel. Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, 38(94), 65-75.
Salgado-García,
E. (2012).Guía para elaborar citas y referencias en formato APA. Universidad Latinoamericana
de Ciencia y Tecnología de Costa Rica.
Salgado-Gonzáles,
S. (2011). Bertrand Russell: un viaje a los fundamentos de la verdad. Duererías
A.C. 71 pp.
Suárez, M. (1960).Bertrand
Russell: retratos de memoria y otros ensayos. Alianza Editorial Madrid.
Wikipedia. (2014).Bertrand
Russell. Recuperado de http://es.wikipedia.org/wiki/Bertrand_Russell
1487 palabras.
1487 palabras.
Tal vez si llegué ese día pero va a pasar mucho tiempo...mi postura es que el ciclo de la vida humana tiene un fin y que todavía le falta el ser humano "evolucionar" más que en los avances tecnológicos...en su pensamiento
ResponderBorrar¿Crees que el tiempo es algo real?...no es algo relativo a...relativo a los ciclos solares, lunares, del cosmos, y de procesos "relativos a" lo que le afecta a la vida humana en general, alguien me dijo: si no hubiéramos pasado todo lo que hemos pasado como sociedad, la conquista de sociedades, la revolución industrial, las guerras mundiales, no tendríamos todo lo que ahora tenemos...y realmente tiene razón, sin embargo, a costa de qué, y que tan rápido estamos haciendo que llegue ese cambio, ¿por qué?, no lo sé tal vez estoy debrayando bastante. Respecto a la evolución, es inevitable en cualquier sentido, ya vez o te adaptas o te extingues, como cualquier ser vivo. Así mismo, en el pensamiento, pero como está dentro de los procesos naturales, no es algo homogéneo y que suceda de la misma forma y tiempo en todos los individuos de una población, imagínate y eso que ellos, se supone, que no tienen el epíteto específico de "sapiens" (no se puede poner en cursivas, pero va en cuersivas).
ResponderBorrar...quizá la problemática a tratar seria como establecer un sistema donde el libre pensamiento no causara los menos daños posibles, a todo ser vivo...
ResponderBorrarperdón, causara los menores daños posibles.. o crees que exista algo que no tenga efectos "dañinos" colaterales?
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