2014/03/30

Prochile (2011)

Prochile, P. (2011). Estudio de Mercado de Ajos para el Mercado Mexicano, www.prochile.cl. Mayo 2011.

En los últimos años, México ha intensificado el cambio en los hábitos de consumo y su promoción de la alimentación sana, reconociendo en los ajos un alimento que reúne esta característica. El principal uso del ajo es como condimento, en la elaboración de alimentos corresponden a las siguientes: deshidratación de frutas y legumbres; elaboración de concentrados para caldos de carne de res, pollo, pescado, mariscos y verduras; elaboración de mayonesa, vinagre y otros condimentos, incluye refinación de sal; elaboración de botanas y productos de maíz y; elaboración de otros productos alimenticios para consumo humano. Las presentaciones requeridas por los consumidores son diversas, desde el bulbo del ajo en fresco o seco, en conserva y deshidratado. En México se tiene un consumo aproximado de 500 gramos por persona al año, de los cuales una cifra cercana al 82% se consume fresco y el 18% a través de diferentes productos derivados de procesos industriales como aceite, polvo, medicamentos, extractos, etc., destacando en la mayoría de los casos el requerimiento de ajo deshidratado, derivado en la mayoría de los casos de aquellos ajos que son considerados de desecho o que no reúnen las características de tamaño y calidad que demanda el mercado en fresco.
En México la oferta del ajo mexicano se mantiene en un periodo de 7 meses que comprenden los meses de abril a octubre, proveniente de la parte del Bajío de la República Mexicana que comprende los estados de Guanajuato, Querétaro y Michoacán, así como de los estados de Zacatecas y Aguascalientes, en cuanto a los otros 5 meses que comprenden un lapso de noviembre a marzo, la oferta empieza a buscar el mercado de productos extranjeros, como lo son los ajos argentinos y chilenos, es cuando crece la demanda de estos productos. Por esta razón presentada, se piensa existe un margen de oportunidad, ya que si se logra aprovechar dicha materia prima para conservarlo con métodos como la deshidratación y secado, en donde puede haber cierta competencia con las importaciones de argentinos y chilenos durante el lapso de noviembre a marzo que es la temporada que no alcanza cubrir el ajo mexicano por su corta vida de anaquel.
Por último, al conocer la oferta del ajo como se mostró, nos da cabida de preocuparnos por el abastecimiento del mercado mexicano en la estacionalidad de temporada y no temporada, principalmente en cuanto a frutas y hortalizas que por ser perecederos se desperdician y solo son obtenidos en temporadas específicas de cada uno de ellos. Para esto un producto deshidratado no solo hablando de ajo sino como frutas y hortalizas en general es una buena opción para evitar dichas perdidas y abastecer lo demanda durante los 365 días del año debido a que se conservan a temperatura ambiente, por lo que la propuesta -técnica combinada de deshidratación osmótica y secado convectivo- como alternativas  demuestra buena calidad y un precio accesible en comparación con otros métodos de conservación, además, aplicar ciertas estrategias de mercado para incrementar reputación y demostrar la calidad del producto se consideran relevantes para la tesis del trabajo como lo muestra la presente investigación.

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