Álvarez-Buylla, E. (2011). Comunalidad: imprescindible para la sobrevivencia de la diversidad del maíz campesino. Pp. 13-16. En: Álvarez-Buylla, E., Carreón, A. & San Vicente, A. Haciendo milpa: la protección de las semillas y la agricultura campesina. UNAM. 91 p.
El presente capítulo trata sobre cómo la agricultura industrial y los maíces híbridos, han logrado incrementar los rendimientos hasta el tope actual, pero a costa del ambiente, la calidad de los alimentos y su diversidad, así como del modo campesino de producción. De igual manera y bajo la misma lógica, nos da a conocer las consecuencias sobre otro complemento al esquema agroindustrial: la biotecnología de transgénicos, una revolución genética que prometió soluciones “mágicas”. Así mismo, se revelan datos sorprendentes acerca de los permisos otorgados a las empresas transnacionales por parte de dependencias de gobierno. En el documento, el autor puntualiza que con la riqueza de variedades nativas y la sabiduría indígena-campesina, más una verdadera ciencia profunda y pública, se podría triplicar la producción de maíz de alta calidad en México, aseverando que una forma efectiva de emprender la protección del maíz nativo y otros cultivos es mediante un Decreto Presidencial que prohibiera de manera permanente la liberación de líneas transgénicas.
A más de diez años de la liberación de transgénicos en algunos países del mundo, con Estados Unidos a la cabeza, no aumentaron los rendimientos ni disminuyeron el uso neto de agrotóxicos; por el contrario, estos químicos se acumulan en poblaciones naturales con impactos impredecibles, causando serios estragos en los sistemas agrícolas. En México este problema es aún más grave, ya que no existe alguna normativa que sancione el no etiquetamiento de los alimentos elaborados con organismos transgénicos, lo cual implica una “contaminación” de genes recombinantes, con capacidad de mutar, reproducirse y dispersarse en los seres vivos.
Los riesgos de liberar maíz transgénico en su centro de origen son particularmente grandes, ya que compromete la soberanía alimentaria y cancela los modos actuales de producción de maíz en México, considerando que las variedades nativas son la base de más del 75% de la producción mexicana de maíz para consumo humano. Sin embargo, el 6 de marzo de 2009, se estableció un transitorio para poder aprobar siembras de transgénicos en fase experimental. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales dio dictámenes positivos y la Secretaría de Agricultura otorgó 33 permisos, entre 2009 y 2010, para las empresas transnacionales en Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Tamaulipas, Coahuila y Durango. En marzo de 2011, se concedió un permiso para siembra en fase piloto en Tamaulipas, en localidades cercanas donde hay diversidad de maíz nativo.
Para fines de la investigación, esta información nos amplió el panorama sobre la manera más idónea de mantener la diversidad de maíz nativo en un país como México, puesto que al ser Centro de Origen y diversidad genética de este grano es necesario fomentar su manejo comunitario sin crear registros, candados o instrumentos que limiten o prohíban el libre intercambio de las semillas campesinas, y sin quitarles a las comunidades la autonomía para manejar y conservar sus recursos genéticos. Por otro lado, se reafirma que la actuación del gobierno respecto al tema se encuentra notablemente envuelta en la ilegalidad; además, es claro que las corporaciones están teniendo un papel fundamental en el rumbo de las decisiones en torno a la soberanía alimentaria de México, aún al margen de la insuficiente ley de Bioseguridad, de la evidencia científica y del interés público.
El libro donde se publicó dicho capítulo tiene como objetivo central servir a las propias organizaciones participantes y apoyar su esfuerzo de seguir salvaguardando el maíz nativo mexicano. Aunado a ello, Elena Álvarez-Buylla Roces forma parte de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, organización no lucrativa conformada por un amplio grupo de científicos dispuestos a asumir su responsabilidad ética frente a la sociedad y el ambiente.
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Alejandro no entiendo bien a que te refieres con limitar o inhibir el intercambio de semillas campesinas, por lo que pido que me aclares ese punto, debido a que en ese aspecto caes en una contradicción porque también hablas de proteger la autonomía de las comunidades para manejar y conservar sus recursos genéticos.
ResponderBorrarDesde mi perspectiva lo que se debe limitar es la entrada de germoplasma ajeno a la zona; no se si a eso te referías con lo de intercambio de semillas; al hablar de la zona me refiero a una región debido a que el maíz es una planta de polinización por acción del viento, y según algunas personas el polen puede viajar mas de dos kilometros, ademas el intercambio de genes entre maíz de la misma región permite que esta planta se adapte mejor a las condiciones.
Desde mi punto de vista podrías buscar información con respecto al algodón transgénico que ya existe desde hace años en el país, con respecto a su manejo y afectaciones, esto debido a que estas afectaciones serías, a mi punto de ver, mas grandes en este cultivo.
Más bien me refiero a que el intercambio se dé y se siga dando entre las comunidades campesinas de una región con la finalidad de que la diversidad genética de las poblaciones de maíz (frecuencias genotípicas y alélicas) no se vean afectadas. Ahora bien, estas comunidades conservan y resguardan a bien sus variedades locales (criollas) a lo que llamó autonomía, como sucede en la región de la Sierra Norte de Oaxaca, claro está que dicha situación no sucede en todas las localidades. Es evidente que el intercambio tiene benéficos, como la que tú mencionas como la capacidad de adaptación de las plantas, pero también se encuentra la presencia de individuos heterocigotos.
BorrarDe igual manera, coincido que se debe limitar la entrada de germoplasma ajeno, como el que se vende en tiendas DICONSA, el cual es proveniente de Estados Unidos, generalmente.
Con respecto al algodón transgénico, también se incluye en el trabajo de investigación, puesto que tal como lo mencionas la introducción de este cultivo ha sido ya desde varios años (1996) y las extensiones de superficie donde se siembra sigue en aumento.
La autora también menciona que su investigación no es para debatir entre si los transgenicos son benéficos o dañinos, sino de hacer evidente la falta de control de estos al campo mexicano y que efectivamente al mezclarse los genes del maíz transgenico con los de los maíces nativos causaría
ResponderBorrarmutaciones y por lo tanto la perdida de las razas y variedades presentes debido a la rápida dispersión de los genes por medio de la polinización a largas distancia.
de la misma manera indica que Mexico no existen medidas eficaces de bioseguridad ni métodos de monitoreo adecuados ni suficientes y que ademas se requiere de laboratorios públicos que se encuentren libres de conflicto de interés, con capacidad técnica para efectuar un monitoreo a nivel nacional.
sin embargo, desde mi punto de vista, no solo la polinización es el causante del intercambio de genes el ingreso de semillas proveniente de las importaciones del cereal a través de DICONSA a motivado que los productores siembren esos granos, al no tener en muchos casos semillas para tal actividad, ya sea porque no tuvieron suficiente y tuvieron que utilizarlo para su consumo, o porque simplemente les gusto el grano, sin saber si son transgenicos o no; cabe aclarar que Oaxaca, presenta uno de los mas bajos rendimientos de grano en el país por lo que en ocasiones no les queda otra alternativa a los habitantes de las comunidades que adquirir y utilizar en diversas formas este grano que es llevado hasta sus comunidades a precios moderadamente bajos, aunado a que muchos productores e hijos de ellos salen a trabajar fuera de su lugar de origen y al regresar traen consigo semillas de cultivos que siembran en sus parcelas.
Coincido que la polinización de variedades locales con las transgénicas no es la única forma de contaminación. Snow (2009) señala que México sigue importando maíz transgénico amarillo de los EE.UU. para la alimentación humana y animal. Desde luego, este maíz termina en el campo mexicano por las condiciones o situaciones que mencionas.
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