Go, V., Harris, D., & Srihari, P. (2012). Global Overview of the Role of Nutraceuticals in Cancer. In F. H. Sarkar (Ed.), Nutraceuticals and Cancer SE - 1 (pp. 1–10). Springer Netherlands. doi:10.1007/978-94-007-2630-7_1
Muchas veces hemos cuestionado el
consumo de frutas y verduras en casa prefiriendo por encima de estas comidas rápidas
como hamburguesas, burritos, entre otras, pensado en solo saciar un antojo y un
aporte calórico, sin embargo no nos hemos pues a pensar que consecuencias traen
para nuestra vida el consumo de estas, diversas investigaciones nos dan detalle
de las consecuencias que le han traído a la humanidad el consumo desmedido de
alimentos procesados. Estamos en la antesala de un crecimiento exponencial de
casos con cáncer si se sigue llevando un estilo de vida como en el que muchos
estamos inmersos.
Tal como nos define Go, V., et al. (2012), el cáncer es una enfermedad crónica del genoma que está
influenciada por factores nutricionales en muchas de las etapas de la carcinogénesis
que va en manera progresiva invadiendo al individuo. Diversos estudios han
demostrado que los factores dietéticos influyen en la expresión del cáncer (35%
de muertes por cáncer son causas por la dieta). Diversos alimentos procesados
influyen en la expresión de esta
enfermedad, sin embargo no todo es por los alimentos ya que la vida sedentaria
de los individuos y la falta de ejercicio completan el ciclo, además que debe
haber cierta predisposición genética, es decir para la expresión del cáncer se
deben conjuntar factores genómicos y ambientales.
La
incidencias de cáncer varían de acuerdo a la geografía del mundo, en países en vías
de desarrollo se expresan carcinomas en el tracto gastrointestinal, estomago, hígado
entre otros, mientras que en los países desarrollados se desarrolla el tipo colon
rectal y el relacionado con las hormonas (cáncer de mama, ovario, próstata entre
otros). Diversos estudios realizados por institutos de investigación demuestran
que el consumo de frutas y verduras están fuertemente asociados con la disminución
del riesgo de expresión del cáncer (es por ello que nuestras mamás tenían razón
en pedir que nos comiéramos nuestros vegetales y frutas), adicionalmente ayudan
a prevenir estas enfermedades el consumo de algunos granos, macronutriente y
alimentos ricos en ácidos grasos ω3, todos estos alimentos son clasificados
dentro de los alimentos funcionales, los cuales a su vez poseen moléculas llamadas
nutracéuticos, aunque muchos manejan los dos conceptos como uno solo. La definición
que nos otorga la fundación para la Innovación en Medicina (FIM) refiere que
los nutracéuticos son “sustancias que están en los alimentos o son parte de
ellas y que provén de beneficios a la salud, incluyendo así la prevención y tratamiento
de enfermedades”. Por ello gran interés se desatado en el mundo de la
investigación acerca de los alimentos funcionales y los nutracéuticos, estadísticas
revelan que ha crecido de manera gradual el interés de estas investigación ya
que en el año 1995 la investigación era prácticamente nula, mientras que en el
año 2010 creció un 400%, esto nos da un
panorama amplio y nos proyecta hacia la era post-genómica en la cual se pueden lograr avances en la nutrición,
logrando con ello potencializar el consumo de estos alimentos de una forma
razonable y consiente. Con toda esta información que comienza podemos formar
programas que vallan encaminados en el tratamiento de estas enfermedades logrando
así una reducción gradual y con ello el aumento en la calidad de vida de las
personas.
A
pesar de contar con información relevante se debe continuar exhaustivamente con
las investigaciones en torno a la capacidad de prevención y tratamiento de las enfermedades
crónicas mediante el empleo de los nutracéuticos, existe un panorama rentable
para estos temas de investigación (Go, V., et
al., 2012).
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