Autor invitado: Dionisio Kerkaporta
[APA: Kerkaporta, D. (2014, julio 23). Minería a tajo abierto: un ajedrez en Xochicalco. Recursos Naturales y Economía desde los hornos de Xoxo. Recuperado en http://ernxoxocotlan.blogspot.com/2014/07/mineria-tajo-abierto-un-ajedrez-en.html]
A mediados del 2013 algunos ciudadanos en activa resistencia al proyecto minero cercano a la zona arqueológica de Xochicalco, Morelos, percibieron monitoreadas sus actividades cotidianas, ajenas a la legítima expresión de sus derechos, por lo que su privacidad y quizá integridad fueron violentadas y amenazadas.[1]
Con tal antecedente surge la duda sobre quiénes son, en última instancia, los interesados en realizar el proyecto minero, quiénes lo dirigen y ejecutan, no in situ pero desde los lugares donde toman decisiones y fluyen recursos financieros, legales y políticos. Es decir, ¿qué sabemos de aquellos cuya perspectiva del territorio y el desarrollo difieren de las visiones locales, con las cuales entran en contacto asimétrico y capacidad para alterarlas?
A diferencia del monitoreo privado del que fueron objeto las personas activistas, aquí únicamente interesa indagar la información pública, en el sentido de asequible en Internet, sobre los mineros y mineras de cuello blanco, así como sus principales operadores en campo. La indagatoria es en términos de la trayectoria profesional y las conexiones organizacionales entre sí. El ejercicio no da para mucho pues la información no solamente es poca sino también sesgada, o bien porque es sesgada es poca. Vaya uno a saber.
Un cabo que sale de la madeja es la página de Internet de Esperanza Resources.[2] Ésta sigue la presentación predecible de una empresa cuyos flujos financieros son en millones de dólares. Más aún, es tal el volumen de recursos monetarios que la empresa requiere diluir el riesgo financiero con el que opera. En otras palabras, Esperanza Resources envía al mercado accionario sus ganancias y pérdidas potenciales al cotizar en la bolsa de valores de Canadá, Toronto Stock Exchange, con el símbolo EPZ,[3] y en Estados Unidos de América bajo el símbolo ESPZF.[4]
Por ello es evidente que la información sobre la empresa no corresponde con transparentar datos sino con emitir una imagen de experiencia, dinamismo y minimización de riesgos / maximización de beneficios para los inversionistas potenciales. Declaraciones del director ejecutivo de la minera son ejemplo de esta mercadotecnia, al aseverar que a pesar del esquema fiscal mexicano y de los temas de seguridad, México “todavía es un gran lugar donde estar”.[5]
¿Y cómo no iba a serlo cuando él mismo proclama que en el país su proyecto de minería a tajo abierto tiene una factibilidad de 1.5 millones de onzas de oro y 16 millones de onzas de plata? Para darse una idea de lo que esta cantidad significa, considérese que “en 2011 México volvió a establecer un récord histórico en la producción de oro de mina y refinado, constituyéndose como el país con el mayor índice de crecimiento en el mundo” y en ese año la mayor empresa fue Goldcorp Inc., al extraer 691 mil 100 onzas, seguida por Grupo Bal mediante Fresnillo plc (Sic.) con 448 mil 866 onzas y Agnico Eagle Mines Ltd. con 204 mil 380 onzas.[6] Esto es, la factibilidad estimada para Esperanza Resources es mayor que el millón 344 mil 346 onzas sumado por las tres principales extractoras de oro en un año record. Claro que así México es un gran lugar donde estar.
Por lo demás, ni duda hay que tienen lugar donde estar, por ejemplo en las 44 mil 333 hectáreas en Biricu, Guerrero, o en las nueve mil 521 hectáreas en El Canario, Nuevo León o bien en las 12 mil 510 hectáreas en Gallos Blancos, San Luis Potosí. Así, estas tres concesiones, que no incluyen la del cerro Jumil, suman más de 66 mil hectáreas donde estar, una superficie holgadamente superior que las 16 mil 853 hectáreas controladas por la minera en Perú.[7]
Para estar claros, en el 2012 había en el país cinco áreas naturales protegidas en la categoría de “Monumentos Naturales” (Sic.) cuya superficie agregada era de 16 mil 268 hectáreas.[8] En otras palabras, la minera controla en Perú la superficie equivalente a la dedicada en México a monumentos naturales protegidos; o bien, sin incluir el cerro Jumil, la superficie explotada por la minera en México es cuatro veces la que el estado mexicano destina a la protección de monumentos naturales.
Regresando a la página de Internet de la minera, al pie de ella son listados y ubicados los directores, como cimientos de argamasa discreta pero con la solidez que dan sus trayectorias ascendentes a lo largo del sector. Esa es la imagen de los reyes. Sobre ellos, todos hombres, se muestra el edificio que sostienen, cuya fachada tiene la imagen de jóvenes tomadores de decisiones basadas en conocimiento del campo y formación académica especializada. Ellos son los benjamines.
Mientras los hijos mayores son personas maduras de edad que aún tienen camino por delante y equilibran el brío de la juventud, carecen de las prebendas del mayorazgo pero no de la voz que les otorga su dilatada experiencia. Tales son los alfiles, aunque parezcan caballeros y damas. Reyes y alfiles sonríen amablemente, visten con seriedad y no dudan en desplegar sus escudos de armas.
Se presentan como una familia extendida, emprendedora, patriarcal aunque con contrapeso femenino: nada más alejado de la realidad. Pues el vínculo entre estos reyes y alfiles no es una lucha generacional intrafamiliar, sino contractual y centrada en una búsqueda concreta de ganancias, pesadas en millones de onzas pero valoradas en dólares y centavos, en tiempo de retorno de la inversión y en disminución de riesgos que generen pérdidas.
No son un clan, si bien hay un concejo de ancianos y el ostracismo es una amenaza real, ni son una tribu con valores tradicionales y veneración a la tierra y a los ancestros. Nada de eso. Son, llanamente, miembros de una corporación centrada en sí misma, cuya razón de existir es obtener ganancias mediante la explotación de lo otro, sin distinguir entre humanos ni paisajes. Lo otro es ponderado únicamente en términos de la utilidad que significa para sus intereses particulares.
Luego, la página de Esperanza Resources en Internet es en sí una apariencia y no hay razón de escandalizarse por ello ni de hacer escarnio. Mucho menos de alertarse si desaparece o la modifican. Hay que tomarla como lo que meramente es: un producto de mercadotecnia cuya intención de venta es la empresa misma, no para deshacerse de ella, sino todo lo contrario, para fortalecerla con flujo financiero. Y a pesar de la apariencia, o quizá por ella, emergen patrones que dan sentido sobre quiénes son estas personas.
Figura 1: Directores y administradores de Esperanza Resources
Fuente: Elaboración propia con base en Managament & Directors, ver nota 2.
La figura 1 muestra quién es quién en Esperanza Resources. El cuerpo directivo es comandado por el Sr. Pincus, al menos con 58 años de edad y una compensación básica anual de $584,853 USD,[9] quien preside a los directores Sr. de Groot, Sr. Bayley y Sr. Swarthout. Ellos son los reyes con apellidos que enrojecerían al señor Dickens.
No podremos conocerlos pero sí imaginarlos: jugando golf con sus risibles pantalones a cuadros y zapatos bicolores, o pálidos y flácidos sobre la cubierta de sus yates, o bien reunidos frente a un buen trozo de carne sanguinolenta. En las noches han de espantar el insomnio contando sus centavos. O lo cultivan. Porque el toque está en las ganancias marginales, no en el fajo de dólares. Al menos eso dice la teoría económica promercado, pero esta gente es tan práctica cuan materialista y promonopolio, así que apilan dólares y centavos sobre la teoría que les sirve de tapete.
Mientras que el director ejecutivo de Esperanza Resources, el abad de los alfiles, es el Sr. Smith: devenires del destino en su nombre o simple coincidencia que nada aporta pero no puede dejarse pasar. Por cierto, estos son los datos de contacto de la abadía, la cual es infinita como bien lo intuyó el incisivo y rastreador William of Baskerville:[10]
CORPORATE HEADQUARTERS
ESPERANZA RESOURCES CORP. SUITE 1400 - 400 BURRARD STREET
VANCOUVER, BC V6C 3A6 CANADA
TELEPHONE: 604-628-1034
TOLL FREE: 1-866-890-5509
FAX: 604-688-0094
EMAIL: info@epzresources.com
Esos son los nombres, pero más significativas son las relaciones entre ellos. Así, observamos que los directores Swarthout y de Groot tienen que ver con Sandstorm Metals and Energy Ltd.[11] Ésta no es una empresa minera en sí, ni tiene necesidad de serlo. Nada de socavones, grúas ni gente empolvada. Simplemente da un adelanto a una minera que se encargue de meterse en la tierra y a cambio de ese adelanto Sandstorm recibe un porcentaje del mineral extraído. Para evitarse complicaciones propias de ingeniería económica, el mineral así pactado es comprado a un precio fijo a la minera.[12] Mineral es un decir, pues Sandstorm tiene claros y limitados sus intereses: oro, paladio, cobre y gas natural, lo demás son limaduras y ventosidades.
Desde esta óptica tiene sentido que no se preocupen por cómo cambia el valor del dinero en el tiempo, a la manera que lo hacen los ingenieros económicos, pues estos mineros de cuello blanco al parecer leyeron al señor Marx y su negocio nada tiene que ver con una falsa mercancía como lo es el dinero, sino valores de uso. ¿O me equivoco y su negocio sí que tiene que ver con una falsa mercancía? Porque los minerales son extraídos de algún lugar específico y para asegurar la propiedad de ellos es necesario asegurar la propiedad de la tierra que los contiene, o al menos pretender asegurarla, hacer como que la tienen, y dicen por ahí los que dicen entender que la tierra sí que es una falsa mercancía.
En el consejo directivo de esta empresa, Sandstorm, comandada por hombres hay una sola mujer navegando con tiburones, la Sra. Tornquist, cuya carta de presentación es haber sido recientemente la mandamás en lo relacionado con la evaluación de negocio en la minera Río Tinto, cuyo nombre hace dudoso honor al río español que al tratar de ser defendido contra la contaminación terminó, hace 125 años, con una matanza de esos primeros ecologistas bajo el fuego del ejército. Y cuya memoria no merece más palabras que las que la honren.
Por lo demás el objetivo de Esperenza Silver Corporation no es cualitativamente distinto al de Sandstorm, pues adquieren “propiedades” una vez que hay definición de los “recursos” para entonces encontrar “socios” encargados de la “producción”.[13] Ahí donde dice propiedades lea cerro Jumil, donde dice recursos entienda oro y plata, vaya usted a saber qué decir cuando hablan de socios, pero no dude en decir minería a tajo abierto donde está escrito producción.
En fin, este no es lugar para divagar sobre falsedades ni entendimientos ni empresas con origen ensangrentado defendidas por el estado, sino sobre apariencias, como aparentes son los eufemismos. Así que si usted se pregunta cuál es el domicilio de Sandstorm Metals and Energy Ltd., póngase un sayo como Adso of Melk, mire por el caleidoscopio y, ¡sorpresa!, es la suite 1400 del número 400 de Burrard Street etcétera.[14]
Obvio, los teléfonos son distintos, ni que fueran tontos para compartirlos y volver locas a las recepcionistas haciéndolas adivinar anticipadamente a qué empresa quieren contactar los clientes que llaman. La salud mental de las recepcionistas no es cosa de broma si se considera que otras compañías que caben, o han cabido o cabrán, en este juego de espejos que es la suite 1400 son: Nautilus Minerals Inc.,[15] Waterloo Resources Ltd,[16] Tempest Group,[17] Alamos Gold, Morgain Minerals Inc.,[18] Bluefire Mining Corp,[19] y vaya usted a saber cuántas más, así que no dude de su cordura si en una de esas es justo por ahí donde se llega a la mente del señor Malkovich.
Ahora bien, esta cuestión de la rosa infinita se vuelve un verdadero esperpento cuando se constata que la Secretaría de Economía, sí, la que vela los intereses de México, registra que Esperanza Silver Corp., aparentemente la interesada en minar el cerro del Jumil en Morelos, tiene como domicilio la suite 900 del número 570 en Granville Street, Vancouver, BC, V6C 3P1, Canadá.[20] Más aún, de acuerdo con la U.S. Securities and Exchange Comission, Esperanza Silver Corp. ha sido el nombre pasado de Esperanza Resources Corp., esto desde una fecha tan remota como agosto de 2003 y hasta febrero de 2010, naturalmente con domicilio en la suite infinita y relacionada con la californiana Exploration Capital Partners.[21]
El esperpento honra la multiplicidad y con ésta la dislocación. Lo siento amanuenses de la Geografía, la Historia y la Sociología, el señor Valle-Inclán lo comprendió a cabalidad mucho antes que ustedes. No extraña entonces que Esperanza Silver Corporation tenga domicilio en la suite 680 del número 1580 de Lincoln Street, Colorado, 80203 USA. Así lo declaró el Sr. Paul J. Bartos, con al menos 54 años vividos, quien en enero de 2007 fue nombrado vicepresidente y geólogo en jefe de la empresa, a cambio de una compensación básica anual de $294,378 USD (ver notas 9 y 13), y ese mismo año publicó un artículo sobre innovación tecnológica en su industria.[22] De hecho, el Sr. Bartos comunicó el mismo domicilio en el estudio en coautoría sobre la geología del Cerro Jumil en 2010.[23]
Circunstancialmente, el número 1580 de Lincoln alberga en las suites 420 y 1125 una cantidad de gestores que hacen temblar a las suites mineras 1400 etcétera y 680 etcétera.[24] Estos vecinos gestores (lobbyists) son, en simple español mexicano, coyotes, como los que uno ve tomando café a mediodía entre semana en los restaurantes del centro de Cuernavaca pero con otras calidades de grano y ropas, aunque similar espíritu de hiena que busca su carroña. Vaya vecindad para asentare, a menos que no sean muy distintos de ellos, como sucede en cualquier vecindario.
Así, no queda más que aparentar creer que el lugar donde se localiza esta aparente compañía es la aparente suite 1400 etcétera. O bien en la suite 900 etcétera o en la suite 680 etcétera. O bien no importa qué creer y sí reconocer que no sabemos dónde localizar a los mineros de cuello blanco. Mientras que ellos transforman realmente el paisaje, modifican las dinámicas comunitarias y dejan una impronta ecológica sustantiva, nosotros no sabemos dónde encontrarles para sonreírles. Su espacio es fantasmagórico pero su manifestación, real: poltergeist.
Y vamos, uno esperaría de nuestras autoridades que hablan sobre la creación de empleos, el incremento de la productividad y la panacea de los mercados para favorecer a la sociedad, exigieran, con el mismo fin social o al menos para hacer su chamba, una documentación completa y precisa sobre quiénes vienen a invertir y actuar sobre el paisaje en favor de la economía. Respecto a ésta ya vimos que la Secretaría de Economía recibe lo que le dan y punto. Se entiende que sean funcionarios de librito y no hagan absolutamente nada más que lo establecido por los manuales. También se entiende que siendo economistas sean ingenuos y crean en la buena fe: si creen en la bondad de los mercados, ¿por qué no en la buena onda de los empresarios?, aunque el señor Akerloff tenga alguna observación al respecto, la bronca es que es muy teórico y, perdón por recordarlo, en esto de las onzas de oro y plata, la teoría es un tapetito. Amén.
La SEMARNAT no se queda atrás con la calidad de sus funcionarios, que al ser de librito en verdad transparentan la calidad de los procedimientos, pero aquí también uno esperaría que alguno que otro biólogo por ahí, o de perdida un geógrafo, fuera suspicaz. Pero no, no sucede así. En la Manifestación de Impacto Ambiental (la mentada MIA), modalidad particular, uno se entera que la documentación legal se limita a conocer los Títulos de Concesión Minera otorgados por la Secretaría de Economía (números 215624, 220742, 228265, 231734, 234011, 234755 y 234784) y el acta constitutiva de Esperanza Silver de México S.A. de C.V. (escritura 48,065).
Se entera usted también en la tal MIA que la SEMARNAT recibió copias del Registro Federal de Causantes, del Registro Federal de Contribuyentes y de la Actualización o Modificación de Situación Fiscal, así como de la credencial de elector del Representante Legal del Promovente. Copias y más copias, ya sabe, tan ecológicamente amigable la SEMARNAT. Pero, a pesar de tanta copia, ¡oh sorpresa!, toda esa información o bien está en anexos técnicos no encontrados por quien esto escribe (todo lo fiscal y las concesiones), o bien el “Nombre y cargo del representante legal” aparece como “RESERVADO” (Sic.) o en blanco como es el caso de la “Dirección del promovente o de su representante legal para recibir u oír notificaciones.”[25] Sí, tanto domicilio detallado anteriormente para que el papelito de la MIA ni siquiera mencione alguno.
Eso sí, gracias a esa manifestación uno se entera de quiénes son los caballos de batalla: Planeación y Proyectos de Ingeniería S.C. y Ordóñez Profesional S.C. Naturalmente, su “Registro Federal de Contribuyentes o CURP”, los “Nombres de los responsables técnicos del estudio”, así como “Direcciones de los responsables técnicos del estudio” son del tipo “RESERVADO” (Sic.). Y uno quisiera saber por qué hay que reservarlos si son tan públicos en este juego de apariencias.
De manera que Planeación y Proyectos de Ingeniería S.C. es una Unidad de Verificación en Auditoría Ambiental (número AAPROFEPA 029), cuyo gerente técnico titular es el Sr. Mario Ramírez Otero, ubicada en el departamento 502 del número 594 de Insurgentes Sur, esto en la colonia del Valle y con teléfonos 5536 8230 o bien 5682 9276, ahora que para contactarlo por correo electrónico escriba a mramirez@ppimex.com.mx. [26] Mientras que Ordóñez Profesional S.C. es una empresa asesora en estudios técnicos, vaya usted a saber lo que ello significa, ubicada en el 735 de Paseo de las Palmas, en las Lomas de Chapultepec en el DF, con teléfonos 5520 2926 [27] o bien 5202 8146 [28].
Por cierto, imposible no ver que el talante de ingeniero se transparenta en la manifestación esa, no tanto por el detalle puesto al funcionamiento e ingeniería del proyecto minero, sino por joyas de análisis social que hablan por sí mismas, como:
“Durante treinta años la comunidad de Tetlama recibió basura de ciudades cercanas; el basurero de Tetlama influyó no sólo en el acceso de la ciudad, sino en el estilo de vida de la propia comunidad. Se puede inferir que, al permitirse la instalación de un basurero regional en la comunidad, el uso o aprovechamiento de los ecosistemas locales se relaciona con la retribución económica más que con alguna cuestión ecológica, sagrada o cultural.” (p. IV-141, ver nota 25)
Previamente los manifestantes especifican que si bien la población de Tetlama es considerada indígena, sólo 43 personas hablaban Náhuatl en 2010, mientras que la mayoría era bilingüe, aunque esto lo esconden diciendo “la mayor parte de ellos hablan también español”. Concluyendo, como acreditados antropólogos lingüistas que son, obvio, que “por su escaso uso y conocimiento, la lengua indígena como tal no es actualmente un símbolo cultural definitorio de la comunidad”.
Agregan que por ser considerada indígena Tetlama “recibe recursos especiales [¿de quién?] para atender las demandas sociales [¿cuáles?], lo cuál [Sic.] ha contribuido a su desarrollo [¿según quién?]”. Observan, sin embargo, que tales recursos “no son canalizados eficientemente [¿pues no que sí contribuyen al susodicho desarrollo?]… lo cual se liga a las situaciones de cacicazgo que existen en la comunidad” (Ibíd.). Ahora hasta zapatistas salieron estos, sensibles a los cacicazgos, como si los oligopolios que los maicean no los fueran.
Hágame el favor de no creer que sea por falta de profesionistas sociales que ocurre este entendimiento lineal y simplista. No, nada de eso, pues en las filas de Esperanza Silver de México, S.A. de C.V., milita la socióloga María Ramírez Hernández, quien algo sobre teoría crítica habrá de haber oído.[29] Paralelamente uno no puede evitar preguntarse si entre los atentos lectores de la SEMARNAT no hubo un laborioso antropólogo que cuestionara la validez del argumento o bien un escrupuloso y socialmente responsable auditor contable que alertara a las fuentes de tales recursos para evitar el cacicazgo. O al menos alguien con sentido común. No mucho, hasta eso. Un simple observador que notara que “Se contó con un traductor de lengua náhuatl para las personas que lo requirieron” (p. 7, ver nota 29) en la reunión de información sobre el proyecto, a la cual asistieron casi 600 personas.
¿No le repele el desaire contra la población indígena mediante la lectura que hacen de la información? A mí sí. Su argumento es: en Tetlama poca gente habla lengua náhuatl; por lo tanto la localidad no es indígena aunque esté catalogada en la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas;[30] de manera que la comunidad goza de prebendas pues recibe recursos por ser lo que claramente para nosotros no es; peor aún, esos recursos fortalecen desigualdades dentro de la comunidad.
Hasta ahí la perorata de los consultores. Y uno se pregunta, ¿cuánta desigualdad hay en una localidad con un alto grado de marginación, como lo es San Agustín Tetlama? Es decir, ¿qué significa concretamente la desigualdad abjurada por la minera en una localidad con altos niveles de: analfabetismo, población sin primaria completa, viviendas sin excusado, sin energía eléctrica, sin agua entubada, sin refrigerador, con piso de tierra y hacinamiento (promedio de ocupantes por cuarto)?[31] ¿Es esa desigualdad más relevante y sustantiva que la asimetría de poder y económica que existe entre la minera y la localidad?
Pero la duda de fondo es ¿la descalificación nace de la ingenuidad analítica o del menosprecio contra la población indígena en particular y marginada en general? Usted decida. Y vale la pena el esfuerzo, pues este tipo de lecturas y argumentos no escasean. Por ejemplo, en su columna del 24 de junio de 2013, Alberto Aguilar escribió:
“Resulta que en una sentencia por demás ligera, el Juez Juan Rodolfo Lara Orozco del Tribunal Unitario Agrario del Distrito I de Zacatecas determinó que Goldcorp debe devolver una parte de las tierras que hoy utiliza en Peñasquito al ejido Cerro Gordo relacionado con 29 personas físicas de las cuales solo 5 viven en la localidad.”[32]
Para él esto es un escándalo considerando las inversiones y los dos millonsotes de pesos que Goldcorp destinó para crear un Conalep. Sí, Goldcorp Inc., la misma que ha sido la principal extractora de oro (ver nota 6) y por donde en su momento transitó el mero-mero de Esperanza Resources (ver figura 1). Además de la obviedad que ninguno de los directivos de Goldcorp vive en la localidad, lo cual parece ser importante para el Sr. Aguilar, lo que él omite es aquello que Alfredo Valadez reportó el 20 de junio: 1) el polígono que incluye las tierras en litigio es el sitio de minería de oro a tajo abierto más grande de América Latina; 2) la sentencia resultó porque los ejidatarios demostraron, entre otros hechos, que Goldcorp falsificó títulos agrarios.[33]
Aguilar tampoco dice que el municipio de Mazapil, al cual pertenece el ejido, tiene población indígena dispersa (ver nota 31), ni menciona que la minera no ha pagado desde 2009 por el agua que extrae del vecino ejido El Vergel, cuyo volumen es tal que disminuye la disponibilidad para riego en dicho núcleo agrario.[34] Demasiadas omisiones para ser ingenuas o fortuitas, ¿no cree usted?
Regresando a los consultores que arrastran el lápiz en favor de Esperanza Resources, mención aparte merece en la elaboración de la tal MIA el Sr. Luis Fernando Alvarado Ramos, de quien se colige al menos se encargó del listado de flora y fauna del polígono de la minera. El Sr. Alvarado es biólogo. No por ello uno espera que sea conservacionista, claro está. Tampoco que se interese profesionalmente en los efectos sociales de la minera que lo contrató. Ser biólogo como cualquier profesión es ser alguien que vive de su trabajo, que es afortunado por haber estudiado tantos años y por las puertas que ello abre. No implica saber de todo ni suscribir toda causa socioambiental. En suma, el Sr. Alvarado es biólogo, no un Borges jipiteca.
Dicho lo anterior, lo enfadoso con el Sr. Alvarado es que no puede excusarse de no conocer los impactos de lo que una minera traería a Tetlama. No únicamente por ser el encargado del listado y estimación de la riqueza ecológica del sitio y estar al tanto de que minar a tajo abierto implica destruir tal riqueza, sino también porque el Sr. Alvarado fue parte de un proyecto de la UNAM llamado “Manejo de Ecosistemas y Desarrollo Humano”.[35] Y el nombre del proyecto habla por sí mismo: manejo y no destrucción de ecosistemas, desarrollo y no precarización humana.
Así que el Sr. Alvarado al menos conoce la diferencia entre uno y otro extremo del bienestar y la potencialidad humana. Además en algún periodo de su existencia manifestó estar del lado de la conservación ambiental y el desarrollo comunitario. También conoce los problemas socioambientales en esa zona, ya que dicho proyecto hizo investigaciones en la cercanía de Tetlama, en Cuentepec.[36] Sin embargo el señor decidió suscribir la manifestación. No estaré de acuerdo con ello, pero se vale. Lo que sí no puedo evitar señalar es que, en esta nueva etapa de su vida como peón de empresa minera, el Sr. Alvarado se presente como “Especialista en Ecología y Conservación de aves” con “Experiencia en realización de estudios técnicos para el establecimiento de Áreas Naturales Protegidas”.[37] No, no puedo reconocer tales cualidades en él.
Claro, la buena noticia es que la MIA en la cual participó el Sr. Alvarado fue echada para atrás.[38] Ahí le dejo el dato, por si usted algún día tiene interés de contratarlo para justificar hollar la tierra. Hasta aquí lo único que decir de esta persona. Disculpe usted si me distraje.
Y vuélvame a disculpar, ahora por contradecirme y retomar las contradicciones profesionales del Sr. Alvarado. Las cuales en el fondo no son más que eso, contradicciones diacrónicas. Por lo mismo comprensibles, porque eso de asumir que las personas somos constantes en el tiempo es un supuesto difícil de sostener, también porque sincrónicamente las contradicciones son características de la complejidad de nuestra mente. De ahí que lo único que uno humanamente puede hacer es diferir del comportamiento y carácter del Sr. Alvarado y nada más.
Pero una cuestión es sublimar a la Chimoltrufia, y así como se dice una cosa se hace la otra, y un asunto muy distinto es tener conflicto de intereses. Como es el caso de la Lic. Ana María González Herrera, “Anita”, para sus amigos en Esperanza Resources. A menos que me equivoque y no exista tal conflicto al ser, por un lado, empleada de la minera y representar los intereses de Canadá al estar involucrada en Canadian Chamber of Commerce Mining Task Force (ver nota 2), mientras que en nuestro país es parte del Consejo Directivo de la Cámara Minera de México (ver nota 6).
El conflicto podría disminuirse, convertirse en mera apariencia, diciendo, “¡No, para nada hay conflicto de intereses! ¿Cómo crees? ¿No ves que las mineras canadienses subcontratan a las mexicanas y así hay una situación Ganar-Ganar? Gana también el país y si gana México, ganamos todos, dirían por ahí.” Pues no señoras y claro que no señores, así de evidente no lo veo. Porque si, por ejemplo, se buscara incrementar sustantivamente los impuestos a las mineras transnacionales, de manera que los gobiernos obtendrían más ingresos, entonces mineras como las canadienses impulsarían a las mexicanas, mediante goznes como la Lic. Anita y sus contactos en México, para que no se apruebe el incremento. Y ahí sí, nada gana el país, pero sí la Lic. Anita y sus compinches. En fin, allá yo y mis desconfianzas.
Hasta aquí estos cuentos de reyes, alfiles y achichincles. ¿A usted qué sabor le dejan y hasta dónde lo acarrean? Porque a mí además de un tufo amargo me llevan a no lograr cerrar este documento. Pues entre más le escarba uno, más hay donde horadar. Quizá esa es la cuestión: no hay cómo cerrar algo que por sí mismo es abierto, o al menos tan radiado, como una telaraña, que ponerle un principio y un fin es tan arbitrario como simplista.
La savia que sostiene la telaraña está compuesta por una mezcla de apariencia y eso llamado globalización. A la globalización la bosqueja, desnuda de su simulación, el señor Berger:
“Globalización significa muchas cosas. En un nivel, tiene que ver con comerciar, lo cual desde el siglo XVI ha sido intercambiar bienes y ahora, cada vez más, intercambiar ideas e información a lo largo del globo. Pero la globalización también es una manera de ver al mundo, es una opinión sobre el hombre y por qué están los hombres en el mundo. Una de cada cinco personas en el globo son beneficiadas por este sistema. Cuatro de cada cinco sufren distintos grados de esta pobreza innecesaria. Parte del fanatismo del sistema económico que hoy llamamos globalización, parte de su intolerancia, es que hace parecer que no hay alternativa posible. Y esto, simplemente, no es verdad.”[39]
La apariencia se resume en el nombre mismo de la minera: Esperanza. La cual es ajena a la razón corporativa de la empresa, pues como virtud teologal significa tener confianza y certeza en alcanzar la vida eterna. Eternidad espiritual, no material. O bien, en el mundo laico, significa “algo que ocurre en momentos con mucha oscuridad. Es como una flama en las tinieblas; muy distinta a una confianza y a una promesa” (ver nota 39). Como promesas y excesos de confianza derraman los mineros de cuello blanco.
En el día a día, nos comparte el señor Galeano, la esperanza nace de nuestra condición humana:
“La tengo, la vuelvo a perder. A veces duermo con ella y a veces duermo solo. Pero yo nunca tuve una esperanza de receta, comprada en una tienda de corte y confección, una esperanza dogmática. Es una esperanza viva y, por lo tanto, no sólo está a salvo de la duda, sino que se alimenta de la duda.”[40]
Encaremos pues a la minera Esperanza y sus gemelas con esperanzas, con las dudas que nacen de las certezas en las alternativas. Con las alternativas que nacen de la dudas.
Postdata
No es que le siga los pasos al señor Paz, pues ni esto es un laberinto ni el minotauro está solo pues el ogro lo acompaña. Sucede simplemente que vivimos bajo el signo de ese eufemismo llamado “obsolescencia programada”, el cual vela el hecho que las cosas no dejan de funcionar por tanto uso sino que están destinadas a perecer tan pronto dejan de ser útiles. La cuestión es que la utilidad nada tiene que ver con el beneficio de quien las adquiere, usa o depende de ellas, sino con el negocio de quien las provee. En cuanto dejan de ser benéficas para el proveedor, las cosas están condenadas a desaparecer.
Ahí donde dice cosas, lea usted Esperanza Resources. La cual aparentemente dejó de ser útil para los accionistas que la constituían, pues el gran año pronosticado por los directores de la minera no lo fue (ver nota 5), ya que desapareció el 30 de agosto de 2013, al ser adquirida por la también canadiense Alamos Gold Inc. O quizá sí fue un gran año, no por lo producido sino gracias a lo obtenido por la venta.
No me sorprendería que esta Alamos, recuérdenla, no sea más que otra habitante de suites infinitas. Aunque es cierto que, bajo el sugerente nombre de Minas de Oro Nacional S.A. de C.V., desde el 2008 Alamos horada el sur de Sonora, en la mina Mulatos. El 25 de octubre de 2012 los integrantes de la empresa festejaron la extracción de su primer millón de onzas de oro en esos lugares. A la fiesta en el club de golf acudió, por supuesto, el gobernador de la entidad, para agradecer los 600 empleos directos demandados por la minera y los millonsotes de dólares derramados a la economía.[41]
De acuerdo con el comunicado de Alamos Gold Inc., la empresa tiene en efectivo aproximadamente 445 millones de dólares y carece de deudas (y el gobernador tan agradecidote, con esa cordialidad que tanto caracteriza a algunos como él). Más todavía, para Alamos la adquisición de Esperanza encaja con su perfil “perfectamente, como un proyecto con baja intensidad en capital, bajo costo y bajo riesgo técnico”, ello aunado a que “la transacción representa una pequeña parte de su capitalización de mercado”, los hace confiar en que el crecimiento potencial de su extracción en México supere el 50 por ciento.[42]
Y no hay que ser muy ducho para saber que así como uno más uno son dos, ese crecimiento esperado por Alamos echa gran parte de raíz en las proyecciones de explotación del cerro Jumil. Lo cual pone en situación de vulnerabilidad a las comunidades morelenses. En efecto, la manifestación de impacto ambiental fue rechazada, pero esa correspondía a Esperanza Resources, no a Alamos Gold.
Ante esta coyuntura, uno quisiera escuchar una voz de las autoridades, tanto locales como estatales y federales, llevada por la razón y cargada de sentido hacia la protección de la ciudadanía y el paisaje. Pero no tiene caso esperarla. Sin embargo, es indispensable estar atento a lo que dicen y dejan de decir, pues no son neutros, sino partícipes del enramado de poder y beneficios tejido con hilos de oro y vertidos como mercurio al agua.
Como la Hidra, la serpiente minera expande sus cabezas en todas direcciones y sus cabezas son desechables. No hay Hércules que la venza ni Medusa que la petrifique. No hay héroes solitarios ni poderes divinos que la detengan. Frente a la minera hay, en cambio, personas y familias, líderes y organizaciones, cordura y visión para enfrentarla. Así fue posible. Así puede seguir siendo.
Notas
1 Suárez, G. (2013, May 31). Observador político… Unifica la Minera “Esperanza Silver” en su contra. Retrieved June 4, 2013, fromhttp://elregional.com.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=41671%3Aobservador-politico-unifica-la-minera-esperanza-silveren-su-contra&catid=45&Itemid=37
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13 Esperanza appoints Paul Bartos as chief geologist to support exploration growth - HISTORICAL DAILY NEWS - Mineweb.com Mineweb. (n.d.). Retrieved June 6, 2013, from http://www.mineweb.com/mineweb/content/en/mineweb-historical-daily-news?oid=16560&sn=Detail
14 About Us | Sandstorm Metals & Energy Ltd. (n.d.). Retrieved June 4, 2013, from http://www.sandstormmetalsandenergy.com/about_us/
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Buen día Valdemar, lo saludo a usted en compañía de las personas más cercanas a usted.
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